La entrada de hoy está dedicada a una chica de Huelva, de tan solo 21 años de edad y ya campeona del mundo este mismo año en Copenhague, Dinamarca. Dicho así parece algo grande, pero qué duda cabe que es algo más. Para ser alguien grande hay dos caminos; uno es ser el mejor en algo ya conocido o inventado, y el segundo es descubrir algo nuevo, pues bien, esta chica ha conseguido las dos cosas. Para que nos hagamos una idea, hay deportes de sobrada trascendencia e importancia en nuestro país (fútbol, baloncesto,...) y otros que son minoritarios y no cuentan con el apoyo social y económico para poder tener repercusión, caso del bádminton que en España apenas tiene trascendencia y es un deporte dominado por deportistas asiáticos. Por eso tiene aún mayor efecto ser campeón o campeona mundial, ya que es un deporte que en nuestro país no cuenta con historia, pocas licencias profesionales, ayudas económicas mínimas, infraestructuras casi nulas,... Carolina Marín en su disciplina está a la altura de mitos del deporte español como Severiano Ballesteros en golf, Federico Martín Bahamontes en ciclismo, Manolo Santana en tenis, Ángel Nieto en motociclismo, Paquito Fernández Ochoa en esquí o Urtain en boxeo. Estos deportistas fueron grandes campeones en sus respectivos deportes cuando en España no eran conocidos o apenas tenían repercusión y abrieron la veda a la llegada de nuevos talentos, hornadas completas de campeones de nuestro país. Quien sabe si la niña que cambió los tacones y volantes de flamenco por la raqueta de bádminton conseguirá tras esta victoria traer muchas más de sus sucesores, por su parte y a su edad seguro que no le van a faltar éxitos.
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