El Real Sporting de Gijón ha conseguido en la presente temporada, 2014/15, el ascenso directo de categoría a primera división. Tiene un mérito fuera de lugar, a mi juicio, por la apuesta que ha llevado adelante este año el equipo asturiano. Sin ser uno de los grandes presupuestos de la categoría ha conseguido el ascenso apostando por gente de la casa y de la cantera, empezando por el entrenador y terminando por el conjunto de la plantilla.
La clave del ascenso, sin duda, han sido los pocos goles encajados, solo 27 en 42 partidos; lo que ha dado lugar a perder, tan solo, dos partidos en todo el campeonato liguero. Este es, en mi opinión, la mejor forma de conseguir hacer una buena temporada y lograr el ascenso, ser fuertes atrás, conceder pocos goles y perder pocos partidos, mejor empatar los que no se puedan ganar.
La llave del éxito de este proyecto es su entrenador, Abelardo Fernández. Entrenador hecho así mismo, de la casa, que pese a haber sido jugador profesional, jugando en el Fútbol Club Barcelona y en la selección española, habiendo ganado ligas, copas del rey, una recopa y siendo campeón olímpico, no ha saltado varios escalones de golpe. Empezó entrenando a las categorías inferiores del Sporting, hasta entrenar en categoría regional, y ahora da el salto a primera división.


Para los aficionados es un ascenso apasionante, logrado con poco presupuesto y con gente de la casa. La base de todo este proyecto reside en la confianza y la apuesta realizada por la cantera, que tiene sus bases en la escuela de fútbol de Mareo. De estas instalaciones han salido grandes jugadores a lo largo de la historia, como David Villa. Sin duda, el Sporting y este tipo de proyecto es un espejo donde mirarse para equipos con adversidades económicas. Invertir en cantera, a largo plazo, puede ser la mejor de las opciones.
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